Personal que entregaba las tarjetas Supérate trató de impedir que los reporteros entrevistaran a las personas que se quejaban por el maltrato.
En el punto de Asistencia a la Ciudadanía de la plaza comercial Megacentro, ubicada en Santo Domingo Este, el ambiente que se vive entre los usuarios de la tarjeta Supérate y los empleados de la oficina gubernamental, parecía ayer un ring de boxeo.
Largas horas de espera, filas sin final, maltrato por parte de los empleados y poca colaboración son cuatro de las cosas que pasan con las personas que acuden a cambiar el plástico de la asistencia social u obtener información sobre la tarjeta.
En una hilera que rodeaba una gran parte de la plaza, los presentes allí se quejaban sobre toda clase de situaciones generadas.
Al miembros de la prensa intentar tomar fotos y acercarse a preguntar a quiénes estaban vociferando consignas en contra de cómo se estaba desarrollando el proceso, fueron tratados de forma hostil y agresiva por parte de los empleados de la institución, incluso cuando los ciudadanos pedían la presencia de los medios.
Razones
“¿Ustedes saben por qué ellos no quieren que ustedes estén aquí?, están tratando a uno como perros sin familia, mire como ese trató a esa señora en sillas de rueda, malísimo todo, aquí el pobre no tiene dignidad”, con furia externó Jorge Valera.
Jesús Antonio Estephan, en medio de la indignación por tener a su progenitora de 94 años de edad entre la multitud de personas que se daban cita en el lugar, declró que “mi madre de 94 tiene siglos inscrita en el sistema y nunca ha podido usarla”.
Alguien del personal luego de supervisar los documentos personales de la anciana, le permitió retirarla del lugar y que su hijo se quedará en su lugar.
Club de los Billeteros
Aquí todo estaba en calma y organizado. El personal encargado de recibir a los beneficiarios en la puerta se encargaban de dividir a las personas por grupo y a la vez verificar que la información por la cual asistían era la correcta y de lo contrario reorientarlos.
Se le daba prioridad a los envejecientes, embarazadas y personas con discapacidades. La cantidad de personas era menor a la vista en otras ocasiones, cuando el lugar luce abarrotado.
Magalis Segura, quien es la encargada del punto, manifestó que “está funcionando todo bien aquí, la gente viene en búsqueda de cambiar su plástico y se van conformes con el trato brindado, el respeto es fundamental para todo, hemos decidido dividirlos por grupos para que en el proceso se maltrate menos a los usuarios”.
Alrededor de 200 personas desde tempranas horas de la mañana ya habían asistido a realizar el proceso.
José Cornelio Paulino, con su bastón en las piernas y sentado en grupo de prioridad, externó que se sentía “contento” por el trato brindado en las instalaciones.
SEPA MÁS
Angustias.
Doña Marcia López Arias, de 80 años, alega que tiene dos años esperando respuesta sobre su tarjeta. “Entre venga mañana y esperando llamadas desde enero, nunca he podido utilizar mi ayuda, ya estoy demasiado vieja para estos trotes”. se quejó. Mientras Jorge Valera explicó que estaba en la fila desde la cuatro de la mañana y que después de tanto tiempo de espera, alegaron que se había “congelado el sistema”.
LISTIN DIARIO