Cada día vemos como nuestros ríos desaparecen como consecuencia de acciones criminales de depredadores insaciables que pretenden acumular grandes riquezas a costa de la destrucción de nuestras fuentes acuíferas.
Parece que el destino de nuestros ríos y de manera especial nuestros río Yuna está condenado a desaparecer ante la voracidad de quienes destruyen nuestra habitad sin saber que se están destruyendo así mismo y nuestras futuras generaciones.
En cada nuevo gobierno los grupos defensores del medio ambiente y la población en sentido general espera establecimientos de reglas más duras con régimen de consecuencias para quienes cometan crímenes ecológicos contra la natura.
Sin embargo, parece más de lo mismo, pues vamos de mal en peor. Parece ser que los compromisos políticos con quienes aportaron para la campaña importan más que nuestra propia supervivencia.
El ministro y los viceministros de medio ambiente se hacen los suecos ante las tantas denuncias en los diferentes medios de comunicación y redes sociales del crimen atroz que la comunidad de Rancho Nuevo, mientras nuestro director provincial parece no tener ninguna autoridad ni asume responsabilidad en la tarea que le corresponden.
Ante el silencio de la mayoría de nuestros legisladores, funcionarios y autoridades municipales que también se han quedado ciegos, sordos y mudos dejando a un lado el reclamo de nuestra comunidad, consideramos como lo más apropiado que unifiquemos esfuerzos para que entre todos unidos SALVEMOS AL RIO YUNA.