En la República Dominicana, las políticas fiscales a menudo reflejan prioridades y sesgos que pueden parecer desiguales y, en algunos casos, injustas. Un ejemplo destacado es la exención de impuestos para veleros y yates de lujo, mientras que los motores para motoconcho, una herramienta vital para muchos trabajadores, están sujetos a impuestos. Este contraste plantea preguntas importantes sobre equidad, justicia fiscal y el verdadero impacto económico de estas decisiones.

Exenciones fiscales para veleros y yates de lujo: ¿Un incentivo para el turismo?

La exención de impuestos para veleros y yates de lujo suele justificarse como una medida para incentivar el turismo náutico. Se argumenta que los propietarios de estos barcos, generalmente personas de alto poder adquisitivo, traen consigo ingresos significativos al gastar en marinas, restaurantes, y otros servicios locales. Esta afluencia de dinero supuestamente beneficia a la economía local y fomenta el desarrollo de la infraestructura turística.

Sin embargo, la falta de datos concretos y transparentes sobre el impacto real de estas exenciones fiscales hace que sea difícil evaluar su efectividad. ¿Realmente los beneficios económicos derivados del turismo náutico superan la pérdida de ingresos fiscales? ¿O es simplemente una forma de privilegio para los ricos a expensas del erario público?

Motores para motoconcho: Una herramienta de subsistencia gravada

En contraste, los motores para motoconcho, que son esenciales para la subsistencia de muchos dominicanos, están sujetos a impuestos. El motoconcho es una forma de transporte popular y accesible, que proporciona empleo a miles de personas y una opción de movilidad asequible para la población general. A pesar de su importancia social y económica, estos vehículos enfrentan una carga fiscal que puede ser onerosa para los conductores.

Esta situación refleja una disparidad en las políticas fiscales que favorece a los más adinerados mientras carga a los trabajadores de a pie con impuestos adicionales. ¿Por qué se otorgan beneficios fiscales a los propietarios de yates de lujo, mientras que los trabajadores del transporte informal, que desempeñan un papel crucial en la economía diaria, no reciben el mismo trato?

Justicia fiscal y equidad

La justicia fiscal implica que todos contribuyan al sistema tributario de manera proporcional a su capacidad económica. Las exenciones fiscales para los ricos, mientras que los trabajadores más pobres soportan la carga, contradicen este principio básico. La percepción de injusticia fiscal puede erosionar la confianza en las instituciones y generar descontento social.

Es esencial que las políticas fiscales sean diseñadas y aplicadas de manera equitativa. Las decisiones deben basarse en una evaluación objetiva de los beneficios económicos y sociales, no en el privilegio de unos pocos. La exención de impuestos para los yates de lujo, frente a la imposición de impuestos a los motores para motoconcho, destaca una falta de equidad que debe ser abordada.

Consideraciones económicas y sociales

Además de la equidad, es crucial considerar el impacto económico y social de estas políticas fiscales. El motoconcho no solo es un medio de subsistencia para miles de familias, sino también una solución de transporte esencial en muchas áreas donde otras opciones son limitadas o inexistentes. Gravar estos vehículos afecta directamente a las personas que dependen de ellos para su supervivencia diaria.

Por otro lado, los ingresos generados por los impuestos a los yates de lujo podrían ser utilizados para mejorar servicios públicos, infraestructuras y programas sociales, beneficiando a un segmento más amplio de la población. En un país donde la desigualdad económica es un desafío persistente, reasignar los beneficios fiscales podría contribuir a una distribución más justa de los recursos.

La disparidad en el tratamiento fiscal entre los veleros y yates de lujo y los motores para motoconcho en la República Dominicana refleja una falta de equidad y justicia en las políticas fiscales. Mientras que las exenciones fiscales para los yates de lujo se justifican como un incentivo para el turismo, los beneficios reales de estas medidas son cuestionables y, a menudo, favorecen a una minoría rica.

Es fundamental que las políticas fiscales sean revisadas y ajustadas para garantizar una mayor equidad y justicia social. Gravar los yates de lujo y aliviar la carga fiscal sobre los motores para motoconcho no solo promovería una distribución más justa de los recursos, sino que también fortalecería la cohesión social y la confianza en las instituciones públicas. Solo a través de un enfoque fiscal equitativo y transparente se podrá avanzar hacia una sociedad más justa y equilibrada.

LIC. ALEXIS ROSARIO, CDP, SNTP, FIP

CTC. ATRIRD