Campesinos de las comunidades de Jurungo, La Piñata, Jobo Claro, El Naranjo, y otras zonas, han comenzado una peregrinación hacia el Palacio Nacional, reclamando una acción urgente por parte del gobierno y de Barrick Gold. Su principal demanda es la reubicación inmediata de más de 450 familias que están en riesgo de ser sepultadas por el lodo tóxico de la Presa de Cola El Llagal, cuya estructura apodan «el Muro de la Muerte.»

Los manifestantes, desde el Campamento de los Encadenados, señalan que la posibilidad de un colapso de la presa es inminente, y que la vida de estas familias depende de una acción inmediata. Denuncian la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades y advierten de una tragedia de enormes proporciones si no se actúa de inmediato.

Exigen que el gobierno garantice su seguridad mediante la reubicación a un área segura, antes de que ocurra un desastre irreversible. La marcha busca llamar la atención nacional e internacional sobre el peligro que enfrentan, y la necesidad urgente de proteger a estas comunidades

Los campesinos se oponen firmemente a la construcción de una nueva cola de presa por parte de la minera Barrick Gold, argumentando que esta infraestructura aumentaría el riesgo de contaminación y desastres ambientales en sus comunidades. Temen que el manejo inadecuado de los desechos tóxicos pueda afectar sus tierras, fuentes de agua y la salud de las familias que viven en la zona. Su lucha está motivada por la protección de sus medios de vida y el bienestar a largo plazo de las generaciones futuras, exigiendo medidas más seguras y sostenibles.

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