Cada vez es más común encontrárselos en las zonas metropolitanas de Santo Domingo y de Santiago de los Caballeros, pero su consolidación en el mercado local precisa de mayores incentivos, de una infraestructura nacional de carga rápida y de una mano de obra especializada para el mantenimiento que requieren.
La movilidad eléctrica es una realidad en todo el mundo y en los últimos tres años ha ganado terreno en la República Dominicana.
En esa hilera libran una guerra los principales fabricantes de automóviles: cada vez invierten más en Investigación y Desarrollo (I+D) para construir el más eficiente, accesible y atractivo vehículo eléctrico. Lo ha reiterado en varias ocasiones el reputado director de diseño de Jaguar, Ian Callum: los autos eléctricos son el futuro.
Dos razones sustentan su argumento. La primera, su impacto medioambiental. La segunda, es significativamente más económico desplazarse en ellos. En el país es cada vez más común encontrarlos, puntualmente en las zonas metropolitanas de Santo Domingo y Santiago de los Caballeros, a pesar de que los distribuidores exclusivos y locales de las marcas no los venden en sus concesionarios.