Por décadas hemos estado repitiendo como papagayos que nuestra provincia está sumida en el atraso porque nuestras autoridades no unifican criterios enfocados a una misma dirección.
Siempre citamos a las provincias de La Vega y Santiago como ejemplo de pueblos que logran importantes proyectos en beneficio de su gente, pues en aras de propósitos comunes apartan sus intereses políticos y partidarios.
En nuestra provincia, nuestras autoridades marcan la diferencia. En cada proyecto, cada acción o iniciativa que pueda beneficiar a nuestros munícipes cada quien se quiere ganar el crédito infibula para promover su protagonismo político. Este ha sido nuestro mal de siempre.
Aquí cada cual anda por su lado. Por lo general nuestras autoridades cuando están en la oposición hablan de unidad, de trabajar en equipo, pero luego en el poder cada quien anda por su lado, pues desde la juramentación el primer día ya están pensando en 4 años más y luego hablamos.
En cada proceso electoral, nuestros electores cifran sus esperanzas en un gran cambio. Un cambio de autoridades y funcionarios para una mejor provincia y para un mejor país, pero la decepción no lo hace esperar, pues parece que el cambio esperado es solo una quimera.
La corrupción, el individualismo, la indiferencia, abuso de poder, nepotismo y violación a nuestras leyes son el pan nuestro de cada día en gran parte de nuestros funcionarios y autoridades luego que de que asumen el poder.
SIN UNIDAD, NUNCA TENDREMOS EL VERDADERO CAMBIO.