PERIODICOS VS REDES SOCIALES

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El valor que si­guen teniendo los periódicos, por encima de cualquier otro medio escrito, es su credibi­lidad. Y la credibilidad le con­fiere prestigio, buena re­putación y confiabilidad.

Hay en los periódicos unos pruritos éticos que son autoimpuestos por los periodistas que labo­ran en los mismos. En ca­da pulgada de contenido el periodista se juega su prestigio y pudor. Lo pro­pio sucede con el medio.

La verificación de infor­maciones temerarias y exa­geradas que circulan en las redes sociales, es a través de los periódicos digitales que las comprobamos.

Los periódicos certifican la verdad de los hechos.

“Las redes sociales son instrumentos de uso gene­ral” ha dicho el periodista José P. Monegro al abordar un tema de diferenciación entre periodistas y chanta­jistas.

La manera veloz como circulan las informaciones a través de esta plataforma tiene sus méritos. Pero su contenido, en la mayoría de los casos, es cuestiona­ble porque no está endosa­do por fuentes confiables. Ningún principio sustenta y avala lo que se difunde por allí.

Además, las redes socia­les tienen fama de ser ma­yormente inverosímiles y deformadoras. En ellas, los infundios y las perversida­des están a la orden del día.

Las redes sociales es­candalizan. Los periódicos certifican con la verdad los hechos que se producen cada día.

En las redes sociales no hay filtros y todo queda su­peditado al escrúpulo de quien origina la informa­ción y la cuelga en el medio.

La calidad de lo que se exhibe y se escribe en redes sociales queda relegado al criterio de cualquier creti­no inescrupuloso y perverso con capacidad para dañar honras, distorsionar hechos y sembrar dudas.

Heddel Cordero