DE OPINIÓN
El Senador Héctor Acosta, ha tomado de manera inesperada el camino de la sincerizacion a los fines de fecundar la llamada unidad en el PRM.
El Senador ha activado sus ánimos de consolidación para dentro de ése ambiente asumir actitud de responsabilidad que bien puedan aperturar acuerdos e influencias positivas y desinteresadas en los cuerpos que les adversan dentro de su organización política.
Al Senador Héctor Acosta, se le ha visto un ente conciliador jugando papeles estelares en conflictos sociales y con espíritu humano lo que bien deberían aprovechar las autoridades del partido oficialista para crecer armoniosamente pensando en el bien colectivo.
El Torito como artísticamente se le conoce, se ha convertido en un conciliador hasta la tambora ha puesto mano a la obra aún observando como es rechazado por las autoridades del PRM quienes no ven, su afán de colaboración, de compromiso de que su pueblo avance y se desarrolle.
Los significativos y buenos pero fallidos aportes han tenido propósitos coherentes buscando con estos, soluciones política, sociales y sostenible para ellos, ha colgado los guantes para entregarse hacer causa común con las autoridades de su partido respetando a uno y a otros.
Ojalá ésta actitud del senador Héctor Acosta, logre una quietud de unidad, manteniendo de manera paciente y bien tendido, ese apretón de mano que es realmente lo que llevaría tranquilidad a las bases del Partido Revolucionario Moderno (PRM), en Monseñor Nouel.
Lógicamente para esto, se requiere energía, encuentros y reencuentros pero sobretodo, influencia positiva, la unidad se fundamenta bajo la base del entendimiento es, lo que el senador Acosta, busca oficializar esa unidad.
CARLOS BRITO
