Es incuestionable el rol que desarrolla la prensa radial, escrita, televisada y digital en la era actual, exponiendo necesidades de la colectividad universal y proponiendo soluciones a corto, mediano y largo plazo.
Sin embargo, ese trabajo riesgoso y profesional, no es valorado en su justa dimensión por las autoridades de los gobiernos.
Los comunicadores sociales, son usados por quienes dirigen o administran instituciones, para promover sus actividades, a cambio de migajas económicas, que no compensan la promoción, que se les hace en los medios para hacerles una imágen, que muchas veces no tienen.
Hay autoridades, que utilizan a los periodistas y comunicadores sociales, y luego los tildan de pordioseros.
A sabiendas de éstas verdades amargas, los que realmente tienen medios y hacen su trabajo profesional, deben reaccionar, reflexionar y pensar, que esa es su herramienta de supervivencia, debiendo cuidarla, porque muchos solo cuentan con eso para vivir.
Hay que valorarse, así cómo un médico, o un abogado cobran por una consulta, o una intervención quirúrgica, así también, más temprano que tarde, tendrán que definir su posición los periodistas y comunicadores sociales.
No se puede vivir por amor al arte, se podrá vivir cuando le pongas precio a tu trabajo.
Es inaceptable, que tras cumplir una jornada de trabajo, posteriormente, haya que andar detrás del deudor, buscando, rogando y recordando lo que se hizo, para que se pueda saldar económicamente lo acordado.
Hoy día, con frecuencia vemos éstos casos, que vulneran nuestros derechos y reducen nuestras posibilidades de vida.
El Colegio Dominicano de Periodistas, CDP, Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, SNTP, Círculo de Locutores Dominicanos, CLD, entre otros, deben sentarse en la mesa de discusiones, y crear un instrumento, que regule la asistencia y cobertura de las actividades públicas y privadas al menos en República Dominicana y el exterior.
Nunca ha sido justo, que entidades gubernamentales en el país y exterior, monten un evento, con presupuestos para pagos de un local, mesas, sillas, manteles, flores, vasos, platos, cubiertos, decoración, camareros, comidas, artistas, orquestas y se excluya a los invitados de la prensa.
Eso significa, que los trabajadores de la pluma y la voz, trabajan por amor al arte, y que su paga es con comidas, bebidas y diversión.
Ésto no es nuevo, a pasado siempre, pero, es tiempo, que se detengan éstos aprovechamientos y abusos.
Pongamos precios a nuestra herramienta de trabajo, por nuestro bienestar y de nuestras familias.
Respetemos nuestro trabajo, nosotros no somos pedigueños, somos profesionales y merecemos respeto y que se nos pague por lo que sabemos hacer, Comunicación Social.
Por Erick Estrella