DE OPINION
La reciente condena a 16 años de prisión del diputado del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Miguel Gutiérrez, por delitos relacionados con el narcotráfico ha sacudido los cimientos de la política dominicana y ha planteado serias interrogantes sobre la integridad y la transparencia dentro del partido en el poder. Este veredicto, que implica a un miembro prominente del PRM en actividades criminales de gran envergadura, tiene repercusiones profundas tanto para la imagen del partido como para la confianza de la ciudadanía en sus representantes políticos.
La condena de Gutiérrez no solo arroja luz sobre la infiltración del crimen organizado en las estructuras políticas del país, sino que también plantea serias dudas sobre los procesos de selección de candidatos y la supervisión interna dentro del PRM. ¿Cómo un individuo con un historial criminal tan grave logró ascender a una posición de poder dentro del partido y llegar a ocupar un cargo público tan influyente como el de diputado? Esta pregunta no solo requiere una respuesta urgente, sino que también subraya la necesidad de una mayor vigilancia y responsabilidad por parte de los líderes del partido en la selección y evaluación de sus miembros.
Además, la condena de Gutiérrez plantea desafíos significativos para el PRM en términos de su credibilidad y legitimidad como fuerza política. ¿Cómo puede el partido mantener su compromiso con la integridad y la lucha contra la corrupción cuando uno de sus miembros más destacados es condenado por delitos tan graves? Este caso subraya la importancia de que el PRM demuestre un compromiso inquebrantable con la rendición de cuentas y la ética en la política, y que tome medidas concretas para restaurar la confianza de la ciudadanía en sus instituciones y representantes.
En última instancia, la condena de Miguel Gutiérrez debe servir como un llamado de atención para el PRM y para todas las fuerzas políticas del país. Es imperativo que se fortalezcan los mecanismos de supervisión y control interno dentro de los partidos, y que se adopten medidas efectivas para prevenir la infiltración del crimen organizado en la política dominicana. La ciudadanía merece y exige líderes políticos que estén comprometidos con el bienestar y la seguridad del país, y que actúen con integridad y responsabilidad en el ejercicio de sus funciones.
LIC. ALEXIS ROSARIO, CDP, SNTP, SIP
PERIODISMO OBJETIVO Y VERAZ