Clases virtuales tributarias en tiempos del Covid-19 (Entrevista)

Lic. Eunice Arias Torres (“La Biblia”)
Abogada/CPA, CTC, MBA, FIBA-AMLCA
Presidente Comité Científico IFA-RD/ATRIRD

1. ¿Qué ha sucedido con las clases tributarias que imparte la Asociación Tributaria ante el problema de esta pandemia del Covid-19?

Lo que ha sucedido es que hemos tenido que realizar un esfuerzo sobre humano investigando con las instituciones internacionales que nos soportan y con colegas profesores de otras latitudes a fin de determinar lo que debíamos hacer para dar las clases en formato virtual con la misma calidad que el formato presencial. La investigación, desarrollo y aplicación de las clases en el formato virtual nos tomó 2 meses y medio. Iniciamos las clases en formato virtual el primero de junio y desde entonces no hemos parado de dar clases con una satisfacción por parte de los participantes muy, pero muy buena, según nos manifiestan

2. ¿ Cuántos estudiantes han recibido clases en los casi dos meses que tienen con el formato virtual?

Ya los profesores de la Asociación Tributaria (Basilio, Yumar y quien suscribe), han impartido clases en el formato virtual a más de 200 participantes, sin incluir las tertulias virtuales y los videos tributarios que via YouTube se han realizado relacionados con los problemas tributarios y laborales que se han suscitado con la pandemia

3. ¿ Por último, puede usted indicarnos cual es el balance de la actual administración tributaria y que espera de las nuevas autoridades?

Esta administración tributaria tuvo sus aciertos los cuales fueron debidamente publicitados por todos los medios de comunicación, pero también tuvieron grandes desaciertos. Creo que lo pudieron haber hecho mucho mejor. Su mayor desacierto en relación a los expertos tributarios fue el limitarle a los contribuyentes el derecho a su legítima defensa. Cuando un contribuyente se presentaba con su asesor tributario no fueron ni uno ni dos los asesores a los que se les prohibió acompañar a su cliente. Muchos funcionarios prepotentes de la DGII le negaban la entrada a los despachos y solo se lo permitían al contribuyente que negociara y explicara sobre temas que desconocía

Otro aspecto en donde lo hicieron muy mal fué en el área tecnológica con la emisión de los formularios de remisión de informaciones a la DGII. La mayoría de esos formularios generalmente lo hacían en Excel y no podían ser usados por los usuarios de Apple (Mac) ya que les daba un mensaje de error cuando se descargaban, imposibilitando su llenado. No valieron las quejas de los usuarios de Apple a la DGII, el problema nunca fue solucionado.
Otro error que no deben cometer las autoridades entrantes es ponerse a cambiar los logos de las instituciones en las que son nombrados.
“Gastar dinero de los contribuyentes en asuntos tan banales como un cambio de logo no es ni ético ni necesario, ó ¿acaso cobró más impuestos la DGII por el cambio del logo que realizó a finales del 2018?”

¿Saben los contribuyentes cuantos millones de pesos le costó el cambio de logo de la DGII? ¿Cuantos millones costó cambiar toda la documentación administrativa que tenía el logo anterior?, ¿cuanto costó cambiar los letreros de todas las agencias que tenían el logo anterior?
Eso que pasó en la DGII pasó también en varias instituciones gubernamentales para desgracia de los contribuyentes que veían como sus impuestos se dilapidaban en gastos superfluos y solo por los caprichos de los incumbentes de turno.

Por último, la administración tributaria entrante deberá revertir la tendencia de asedio via “notificaciones” a empresas que cumplen con sus obligaciones tributarias y enfocarse más en cientos de personas, funcionarios y empresas que hacen fortunas de la noche a la mañana en actividades que muchos consideran deberían ser investigadas por la administracion tributaria.